Julio de 1937. Tras ya un largo año de guerra civil, ¿sería capaz el Ejército Popular de la República de pasar a la ofensiva? La defensa de Madrid, después de soportar un asalto frontal en noviembre de 1936 y de librar importantes batallas como las del Jarama y Guadalajara, había acabado con éxito, pero la fulgurante campaña de los sublevados en Vizcaya y el duro revés de Málaga no auguraban un futuro prometedor. Vicente Rojo, recién nombrado jefe del Estado Mayor Central, tenía claro que había que conseguir la iniciativa y el lugar escogido fue finalmente Brunete: un campo de batalla abierto propicio para el ataque y la maniobra. De salir bien, la operación debería, entre otras cosas abortar el avance de Franco en el norte. A la República le había costado gran esfuerzo erigir un ejército con patrones profesionales. La cuestión era si sabría desenvolverse a la ofensiva. No iba a ser fácil ante algunas de las unidades sublevadas más selectas. La prueba de fuego se haría realidad al oeste de Madrid.
Peso | 0,300 kg |
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Dimensiones | 30 × 21 × 0,6 cm |
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