Fernando VII – el Deseado

Fernando VII

Fernando VII es un nombre clave en la historia de España. Su reinado absolutista fue un tiempo de grandes cambios y luchas políticas. Nació el 14 de octubre de 1784 en El Escorial.

Este príncipe de Asturias se convirtió en un líder clave en la transición de España. Se le llamaba «el Deseado». Su reinado fue un período lleno de conflictos que cambiaron España.

La vida de Fernando VII fue un desafío. Su reinado estuvo marcado por luchas de poder, invasiones y debates sobre el gobierno. Su legado es una mezcla de esperanza y contradicciones.

Los Primeros Años del Príncipe de Asturias

Fernando VII nació el 14 de octubre de 1784 en El Escorial. Era el noveno hijo de Carlos IV y María Luisa de Parma. A los 5 años, fue nombrado príncipe de Asturias, lo que lo hacía candidato para ser rey.

Desde joven, su educación fue muy rigurosa. Su primer maestro fue Felipe Scio, luego el canónigo Francisco Javier Cabrera. A los 12 años, Juan Escóiquiz se encargó de su educación, influyendo mucho en su desarrollo.

La educación de Fernando VII no solo se centró en materias académicas, sino que también incluyó lecciones de música y dibujo, preparándolo para su futuro rol en la monarquía borbónica.

La corte española era un lugar lleno de intrigas políticas cuando era joven. Escóiquiz le enseñó a Fernando a odiar a Manuel Godoy, el poderoso valido de sus padres. Este ambiente de tensión y conspiración marcó su personalidad.

El príncipe de Asturias creció rodeado de política y ambiciones personales. Su educación no solo fue académica, sino también una preparación para los desafíos políticos que enfrentaría al llegar al trono.

La Conspiración contra Manuel Godoy

En octubre de 1807, una conspiración política sacudió la monarquía española. El príncipe Fernando, heredero al trono, lideró la conspiración fernandina contra Manuel Godoy, el poderoso valido de Carlos IV.

La conspiración reveló una red de intrigas en el palacio. El 27 de octubre de 1807, se descubrió la trama. Esto llevó a una rápida reacción del rey. Veintidós figuras importantes, como el marqués de Ayerbe y el conde de Orgaz, fueron arrestados.

El «partido fernandino» buscaba cambiar el gobierno de Godoy, quien tenía un poder enorme en la corte española.

Manuel Godoy, consciente de las amenazas, había sido nombrado «Almirante General de España e Indias» y «Protector del Comercio Marítimo». Su creciente poder generaba oposición, especialmente del príncipe Fernando y sus aliados.

Las consecuencias fueron rápidas. El 28 de octubre, Fernando fue detenido y juzgado. Carlos IV intervino, confiscando documentos y tomando medidas severas contra los conspiradores. Pero el 5 de noviembre, Carlos IV mostró clemencia con su hijo. Aun así, siguió adelante con las acciones legales contra los cómplices.

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El Motín de Aranjuez y la Primera Coronación

El Motín de Aranjuez fue un punto clave en la historia de España. El 17, 18 y 19 de marzo de 1808, un levantamiento sacudió la monarquía borbónica. Esto desencadenó grandes cambios políticos.

Los seguidores de Fernando VII protestaron contra Manuel Godoy, el favorito de Carlos IV. El descontento, causado por crisis económica y militar, estalló en Aranjuez. La intensidad fue sin precedentes.

*»Un día que cambiaría para siempre el destino de España»*

La multitud pidió la caída de Godoy y un cambio de gobierno. Carlos IV tuvo que abdicar a favor de su hijo Fernando VII. Este fue proclamado rey en una coronación breve pero importante.

La coronación de Fernando VII levantó grandes esperanzas. La gente esperaba un líder que enfrentara los desafíos de España. La amenaza napoleónica era cada vez mayor.

El Motín de Aranjuez fue más que un cambio de rey. Representó un momento crucial en la lucha política española. El pueblo mostró su descontento con un gobierno visto como corrupto e ineficiente.

Fernando VII y las Abdicaciones de Bayona

En mayo de 1808, España enfrentó uno de sus momentos más críticos. Las Abdicaciones de Bayona fueron un punto de inflexión para la monarquía española. Napoleón Bonaparte creó un escenario político complejo que cambió el destino de España.

El 5 y 6 de mayo de 1808, Fernando VII tuvo que abdicar. Esto cambió radicalmente la política del país. Después del Motín de Aranjuez y la caída de Manuel Godoy, el joven rey se encontró vulnerable ante las ambiciones de Napoleón.

«La voluntad del emperador francés era clara: controlar España mediante un rey títere»

José Bonaparte se convirtió en el rey impuesto por Napoleón. Esto generó un rechazo inmediato en España. La gente no aceptó esta imposición extranjera, lo que desencadenó la Guerra de Independencia.

La estrategia de Napoleón fue un error. El 31 de julio de 1808, la batalla de Bailén cambió todo. El Consejo de Castilla declaró nulas las renuncias de Bayona, invalidando las acciones de Napoleón.

El 24 de agosto de 1808, Fernando VII fue proclamado rey, aunque estuviera ausente. Esto mantuvo viva la legitimidad de la Corona española bajo la ocupación francesa.

El Cautiverio en Valençay durante la Guerra de Independencia

El cautiverio en Valençay fue un momento clave para Fernando VII en la Guerra de Independencia. Permaneció en un castillo a 250 kilómetros al sur de París. Esto le alejaba de los conflictos en España.

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El rey vivió en condiciones relativamente cómodas. Su cautiverio no fue particularmente riguroso. Esto contrastaba con la imagen de prisionero que muchos pensaban.

Napoleón vigilaba a Fernando VII y su familia. Pero les permitía cierta libertad dentro del palacio.

El Tratado de Valençay, firmado el 8 de diciembre de 1813, fue un punto de inflexión. Napoleón reconocía a Fernando VII como rey de España y de Indias.

En España, las cosas cambiaban mucho. Las Cortes de Cádiz habían creado la Constitución de 1812. Pero Fernando VII no sabía de estos cambios.

Al regresar en marzo de 1814, Fernando VII comenzó a reprimir y restaurar el absolutismo.

El cautiverio en Valençay fue un momento importante. Mostró la verdadera naturaleza política de Fernando VII. Y su deseo de recuperar el poder absoluto.

El Regreso del Rey Deseado a España

El 13 de marzo de 1814 fue un día importante para España. Fernando VII regresó a su país después de estar cinco años en cautiverio en Valençay, Francia. El pueblo español esperaba su llegada con gran entusiasmo.

La restauración fernandina empezó con el Tratado de Valençay, firmado en diciembre de 1813. Este tratado reconocía a Fernando VII como rey de España. Su regreso fue un gran triunfo, con muchas personas que lo llamaban el Deseado.

«Vuelvo para ser el padre de mis pueblos», dijo Fernando VII en su camino de regreso. Esto hizo que los españoles tuvieran grandes esperanzas.

El recibimiento fue increíble. En Zaragoza y Valencia, las multitudes lo aclamaron. Desengancharon los caballos de su carruaje para llevarlo en hombros. Los absolutistas esperaban que restaurara el orden tradicional. Por otro lado, los liberales esperaban cambios constitucionales.

El regreso de Fernando VII significaba un cambio político importante. También marcaba el fin de la ocupación francesa. Su entrada triunfal en Madrid el 4 de mayo de 1814 comenzó una nueva era de gobierno absolutista.

La Restauración del Absolutismo y la Represión Liberal

El 4 de mayo de 1814, Fernando VII firmó el Decreto de Valencia. Este documento marcó el fin de la era constitucional y el retorno al absolutismo. Abolió la Constitución de 1812 y desmanteló las reformas progresistas de las Cortes de Cádiz.

El Manifiesto de los Persas fue presentado el 16 de abril de 1814. Fue firmado por 69 diputados. Solicitaban el regreso al sistema monárquico tradicional, rechazando el liberalismo.

La represión liberal comenzó inmediatamente después de la derogación constitucional. Numerosos liberales fueron perseguidos políticamente.

La represión liberal incluyó detenciones masivas, exilios forzosos y ejecuciones. Fernando VII eliminó las ideas ilustradas y constitucionales que surgieron en la Guerra de Independencia.

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La restauración del absolutismo fue un retroceso político para España. El rey restauró instituciones como la Inquisición el 21 de julio de 1814. Esto eliminó la posibilidad de reforma política y limitó las libertades individuales.

El Trienio Liberal y la Década Ominosa

El Trienio Liberal fue un momento clave en el reinado de Fernando VII. Se caracterizó por un breve gobierno constitucional. En 1820, Rafael del Riego hizo que Fernando VII jurara la Constitución de 1812. Esto cambió la historia de España.

Trienio Liberal en España

En estos tres años (1820-1823), los liberales querían hacer grandes cambios. Pero la política y la sociedad estaban muy divididas. Esto creó mucha tensión que finalmente llevó a su caída.

«La libertad es un derecho que no se concede, se conquista»

En 1823, un ejército francés, los Cien Mil Hijos de San Luis, acabó con el Trienio Liberal. El 7 de abril comenzaron su invasión. El 23 de mayo entraron en Madrid, devolviendo el poder absoluto a Fernando VII.

La Década Ominosa (1823-1833) fue un tiempo de mucha represión. Fernando VII volvió a ser un rey absoluto, persiguiendo y exiliando a los liberales. Este período marcó un paso atrás en las reformas y modernización que habían comenzado en el Trienio Liberal.

El legado del Trienio Liberal es clave para entender la política española posterior. Mostró la lucha constante entre absolutistas y liberales que dominó el siglo XIX español.

El Legado Histórico del Monarca Español

El reinado de Fernando VII fue un punto clave en la historia de España. Su Pragmática Sanción de 1830 cambió cómo se heredaba el trono. Esto permitió que su hija Isabel pudiera ser reina, lo que causó grandes tensiones políticas.

Estas tensiones llevaron a las Guerras Carlistas. La división administrativa de Fernando VII también cambió España. Se crearon 49 provincias y 14 regiones, con 463 núcleos de población.

Esta reforma, hecha por Javier de Burgos, modernizó la gestión del país. Respetó las divisiones antiguas pero también modernizó España.

Las políticas de Fernando VII dividieron a la sociedad. Su absolutismo causó conflictos que debilitaron a España en el mundo. Dejó un legado complejo: una nación en fragmentos pero modernizándose.

Los últimos años de su reinado marcaron el inicio de una nueva era política. La Pragmática Sanción y las Guerras Carlistas fueron un punto de quiebre. Representaron el fin del modelo monárquico tradicional y el comienzo de las corrientes liberales que cambiarían España.

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